En el popular videojuego Call of duty: Black ops II Manuel Noriega es el malo de la acción, el enemigo público número uno. En la realidad, el exdictador panameño presentó el martes una denuncia en los tribunales de Los Angeles contra la compañía Activision Blizzard Inc. por utilización indebida de su imagen y de su nombre en uno de los mayores éxitos de venta en el mercado del videojuego. Noriega, 80 años y en libertad tras cumplir cerca de 20 años de condena en Estados Unidos por narcotraficante, solicita en su denuncia daños y perjuicios contra un videojuego que le presenta como “un secuestrador, asesino y enemigo del estado”.
Esta es la última denuncia presentada contra esta industria desde que los tribunales excluyeron de hecho el mundo de los videojuegos del amparo que ofrece la primera enmienda de la constitución estadounidense y su defensa de la libertad de expresión. Se trata de la misma enmienda que por lo general ampara el uso de referencias históricas, incluidos nombres, personas, lugares y situaciones que existieron en la realidad, en el campo del cine y la literatura pero que ha dejado fuera a los videojuegos como manifestación cultural. Así quedó claro el pasado mayo cuando la firma Electronic Arts Inc tuvo que llegar a un acuerdo millonario con un grupo de atletas tras haber utilizado su imagen en uno de sus videojuegos.
Desde esa decisión, que le costó a EA 29,5 millones de euros, se esperaban nuevas denuncias como la que esta semana ha presentado Noriega. La invasión estadounidense de Panamá en 1989 acabó entonces con la dictadura de Noriega. El militar pasó así de haber sido un aliado estadounidense a cumplir condena por narcotráfico. En la actualidad Noriega cumple condena en Panamá desde su extradición en 2011. Call of Duty: Black Ops II se inspiró en esta realidad y en la figura de Noriega para desarrollar un juego bélico que superó los 740 millones de euros a las dos semanas de su salida al mercado en 2012. En la denuncia no se especifica la suma que solicita Noriega por el uso de su imagen a una compañía cuya capitalización en el mercado está valorada en más de 8.800 millones de euros.
Son más las denuncias presentadas contra la industria de videojuego por las mismas razones y, según los expertos legales consultados, más las que se esperan. Además de Noriega, la actriz Lindsay Lohan demandó hace unas semanas y en los mismos términos a los autores del popular videojuego Grand Theft Auto V por haber utilizado sin su permiso un personaje que se le parece físicamente.
Otras figuras reales cuyo nombre e imagen figura en la popular saga de Call of Duty son el exlíder militar angoleño Jonás Savimbi o el general estadounidense retirado David Petraeus. Con anterioridad fuentes de Activision resaltaron que el uso de estos personajes históricos quiere asentar la trama de sus juegos en el mundo real pero que “queda claro para los jugadores que sus figuras son pura fantasía”.