4 octubre, 2024

El Tribunal Correccional de Grasse ha condenado a dos años de cárcel, exentos de cumplimiento, al que fuera electricista de Picasso, Pierre Le Guennec, y a su esposa Danielle, que durante 37 años conservaron en secreto 271 obras del pintor, hasta que salieron a la luz en 2010.

Los jueces, que consideraron probado el delito de receptación, condenaron también a la pareja Le Guennec a la restitución de las obras, una cuestión que es objeto en paralelo de un procedimiento civil, explicaron los abogados de las partes. La pena es inferior a la solicitada el pasado 12 de febrero durante el juicio por la Fiscalía, que había reclamado cinco años de cárcel, también exentos de cumplimiento, para los dos septuagenarios.

Las obras del artista malagueño que el matrimonio tuvo en su durante tres décadas largas, hasta que intentaron conseguir un certificado de autenticidad en 2010, habían quedado requisadas por la justicia con motivo de este proceso. En virtud de la sentencia, debería ser Claude Ruiz Picasso quien las recuperara, señaló el letrado Jean-Jacques Neuer, que defiende los intereses de la familia del pintor, aunque está pendiente de la posibilidad de un recurso de la sentencia y de otro proceso civil.

Neuer dijo estar «muy contento» con el dictamen del tribunal correccional porque «pone fin a una mitificación y a una manipulación» de los ahora condenados. En cuanto al hecho de que la pena sea inferior a la requerida por el Ministerio Público, le quitó importancia porque «esa no era la cuestión, sino el restablecimiento de la verdad».

El abogado de los Le Guennec, Charles-Etienne Gudin, consideró, por su parte, que «en el actual estado de la relación de fuerzas», y en particular ante la utilización de «un ejército de expertos en arte» que estaban del lado de los Picasso, «no podía haber absolución». «Esperaba una mala decisión, incluso peor» de la pronunciada por el tribunal de Grasse, añadio Gudin.

El representante de la defensa insistió en que no tienen «intención de ceder», aunque no quiso confirmar el recurso antes de estudiarlo en profundidad con sus clientes, que ya tienen una edad avanzada. En el juicio, este abogado había tratado de convencer a los jueces de la ausencia de pruebas del origen fraudulento de las obras. De hecho, el antiguo empleado del artista y su esposa afirmaron en la vista que la propia Jacqueline -última esposa del pintor (1927-1986)- regaló un día de parte de Picasso a su electricista una caja, que conservaron durante cuatro décadas en el garaje de su casa, convencidos de que dentro había sólo un conjunto de papeles sin gran valor artístico.

Lo cierto es que había dibujos, litografías, bocetos y algunos collages raros de gran valor, creados entre 1900 1932 y sin firmar, valorados actualmente en más de 60 millones de euros. Pierre y Danielle Le Guennec, para organizar la herencia de sus hijos, pidieron en 2010 autentificar las obras al único organismo habilitado para hacerlo, Picasso Administration -gestora de los derechos de autor- y fue entonces cuando la familia de Picasso presentó una denuncia contra ellos.

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