19 abril, 2024

Quienes hayan leído ‘Señas de identidad’, ‘Campos de Níjar’ o ‘España y los españoles’ sabrán que pocos autores españoles han sabido poner por palabras el desastre de este país como Juan Goytisolo (Barcelona, 1931). Y lo ha hecho desde la atalaya del exilio, físico (primero en Francia, ahora en Marruecos) y también mental con un país y una lengua que, según afirmaba en 2010, ya no le convence para contar según qué cosas: «No creo que vuelva a escribir novela; si uno no tiene nada que decir, se calla».

Goytisolo ha sido galardonado este lunes con el Premio Cervantes, dotado con 125.000 euros, por su por su «capacidad indagatoria en el lenguaje y propuestas estilísticas complejas, desarrolladas en diversos géneros literarios», su «voluntad de integrar a las dos orillas, a la tradición heterodoxa española» y por su «apuesta permanente por el dialogo intercultural», entre otros factores, como señala el dictamen del jurado leído por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. El ministro ha estado acompañado por los dos anteriores ganadores del premio José Manuel Caballero Bonald (2012) y Elena Poniatowska (2013).

Para Bonald, Juan Goytisolo es «una de las cumbres literarias españolas desde la posguerra», como ha afirmado durante el anuncio del ganador del Cervantes, así como «un intelectual realmente cabal». Por su parte, Poniatowska ha recordado los lazos que le unen con Latinoamérica, señalando que «es una fiesta que obtenga el premio don Juan Goytisolo», un escritor del que ha destacado «su autenticidad».

La obra del mediano de los Goytisolo (José Agustín, el mayor, falleció en 1999 y Luis, el pequeño, fue galardonado con el Premio Nacional de las letras en 2013) abarca también el ensayo, la literatura de viajes, el periodismo y, recientemente, la poesía. Pero en todas estas manifestaciones se acaban mezclando elementos similares: un poco de autobiografía, otro de análisis social y algo también de pesimismo. «La lucidez conduce al pesimismo. Ver la repetición de errores del hombre tiene algo desolador. Hay un cierto desamparo ante la brutalidad del destino. La especie humana no es más que un conjunto de animales educados, pero animales», afirmaba en una entrevista a este medio en 2010.

En un juego de permanentes huidas, la figura de Goytisolo no ha encontrado acomodo en ninguna generación (pese a que se le suele incluir en la denominada «del medio siglo» o «del 50»), movimiento político o corriente literaria. Es cierto que, en sus comienzos, mostró abiertamente su oposición a la dictadura franquista y a la censura que él mismo llegó a sufrir. Pero también quedó desencantado con el Partido Comunista por su postura respecto a la expulsión de Jorge Semprún y el inmovilismo de sus dirigentes respecto a los caminos alternativos a la lucha revolucionaria. «Verme atacado por la ferocidad del régimen y también por la izquierda me llevaron a cortarme la coletilla. Desde entonces me dediqué por entero a la literatura», recordaba hace cuatro años.

Además de Caballero Bonald y Poniatowska, han formado parte del jurado de este año Inmaculada Lergo, Fernando Galván, Carmen de Benavides, Julio Martínez Mesanza, Mercedes Monmany, Fernando Segú y Martín, Jaime Reynaldo Iturri Salmón y Elizabeth Marcela Pettinaroli.

Desde 1976, el cervantes «rinde anualmente público testimonio de admiración a la figura de un escritor que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico». Una regla no escrita establece que en el listado de ganadores se irán alternando autores españoles con americanos.

Fuente: El Mundo

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