26 abril, 2024

Lleva tres años “viviendo en el infierno”, pero Odile Soudant vuelve a respirar. Esta artista francesa de 49 años acaba de ganar un largo juicio contra Brad Pitt, a quien la justicia ha condenado a pagar 565.000 euros como compensación por una larga serie de facturas impagadas que terminaron provocando la quiebra de su empresa. La decisión judicial tuvo lugar en abril, pero no fue revelada hasta hace unos días, a causa de un estricto contrato de confidencialidad firmado por Soudant. Una decisión satisfactoria, pero insuficiente para reparar los daños. “Ese dinero percibido no cubre las pérdidas que hemos sufrido: el local de la empresa, los colaboradores despedidos, mi reputación personal y el reconocimiento de la autoría del proyecto”, denuncia Soudant desde su apartamento parisino, un espacioso interior en el barrio de Pigalle en el que suena un vinilo de Nina Simone.

A finales de 2010, Pitt acudió a Soudant para proponerle que ideara un proyecto para cuatro de los edificios de su château en Miraval, la mansión provenzal que el actor adquirió por 45 millones de euros junto a su entonces pareja, Angelina Jolie. La idea era irrigar de luz natural la parte residencial de esta extensa propiedad, de varios centenares de hectáreas. “Acepté porque nos entendimos desde el principio. Los dos eran amables y normales. Si me hubieran pedido que iluminara la piscina de azul y los árboles de verde, no hubiera aceptado. Nunca he vendido mi alma al diablo. Mi objetivo nunca fue ganar dinero”, explica Soudant, especializada en las instalaciones luminosas y conocida en Francia por sus colaboraciones con el arquitecto Jean Nouvel, de quien el actor es un gran admirador (una de sus hijas se llama Shiloh Nouvel). Entre sus proyectos, figuran la iluminación del Parque del Poblenou y la cervecería Moritz, ambas en Barcelona, además de otras intervenciones junto a artistas como Anish Kapoor o Anselm Kiefer.

Las reformas empezaron en 2011, conducidas por un equipo de 17 personas que incluía a arquitectos, diseñadores, expertos en acústica y hasta un ingeniero en física óptica, que fijó los ángulos necesarios para conducir la luz natural hacia los interiores. Las obras se desarrollaron “sin ningún problema”, según la versión de Soudant, hasta finales de 2013, cuando Pitt recibió una estimación de los costes acumulados. Según un correo electrónico enviado por uno de sus asistentes, entonces ascendían a 25 millones de euros. Por su parte, Soudant habría facturado 4,9 millones en total, una suma que el actor consideró “criminal”. Durante el juicio, sin embargo, se demostró que la cifra real era inferior y que los retrasos no eran responsabilidad de Soudant. “¿Por qué le dieron una cifra falsa? ¿Y por qué él decidió creérsela? Nadie lo ha entendido todavía”, explica la artista.

Desde ese momento, el actor dejó de pagar cada mes a Soudant, que muy pronto fue incapaz de remunerar a sus empleados y proveedores. Las deudas la acorralaron y sus tarjetas de crédito fueron bloqueadas. “La gente creía que era una ladrona. Sobreviví gracias a amigos que me traían comida”, recuerda. En verano de 2014, Pitt decidió apartarla del proyecto y contrató a una de las colaboradoras de Soudant para que terminara la obra. La artista llevó entonces el caso ante la justicia. Tras esta primera victoria, sigue pendiente un segundo proceso sobre la propiedad intelectual de la obra, cuya resolución debería ser inminente. Soudant reclama ser la autora de un proyecto de orden artístico, por lo que el resultado final podría ser considerado una copia ilegal castigable por la ley.

Sin embargo, los abogados de Pitt aseguraron a Libération que las ideas procedían “principalmente” de su cliente, “apasionado por la arquitectura”. Lo mismo sostuvieron otros testimonios durante el juicio. “Si él es arquitecto, entonces yo soy estrella de Hollywood”, ironiza Soudant. De su trabajo no existen imágenes, excepto un breve plano en un reciente espot publicitario que el cineasta Terrence Malick ha dirigido para Guerlain, con Jolie como protagonista. En él se observa a la actriz bajando por una escalera bañada en la luz natural. Es la única prueba visible que Soudant tiene del resultado. Pese a todo lo sucedido, la artista asegura no lamentar haberse implicado en él. “Por doloroso que haya sido, no puedo arrepentirme de un proyecto en el que me he dejado tanto”, sostiene. “Ahora solo quiero volver a trabajar”.

Pese a la separación de sus propietarios, Miraval seguirá en su lugar. Pitt y Jolie decidieron conservar la propiedad como inversión común, con el objetivo de seguir produciendo vino y aceite de oliva. Desde 2012 producen 150.000 botellas al año, que se pueden comprar por unos 15 euros cada una.

 

Fuente: El País

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