20 abril, 2024
Por Cristina Torres

C.T: ¿Qué referencias literarias tiene el escritor Juan Guevara?

Creo que todo escritor debe ser un lector glotón, esa es la clave de sol de cualquiera que quiera escribir en serio. A mí en particular me interesa mucho imaginar mundos y escribirlos, darles una identidad única, un olor particular, una dinámica propia. Si este es el principio para organizar los referentes, entonces son claves Cervantes, Shakespeare, los diarios de Colón, las crónicas de Indias, en especial la de Bernal Díaz del Castillo y ya un poco más cerca don Benito Pérez Galdós, que hizo de Madrid un personaje más, también García Márquez y Macondo, Bolaño y Santa Teresa, Rulfo y su Comala, así mismo, la novela tiene una deuda con Frank Miller, creador de la novela Sin City, cuya versión cinematográfica fue semilla para crear Calvario.

C.T.: Su libro «Tras la sombra del insomne» fue publicado en diciembre del año pasado por la editorial Niram Art, Madrid. ¿Con que otro libro podría compararlo?

El ejercicio de comparar Tras la sombra del insomne con otras novelas que puedan tener puntos de encuentro con ella creo que es algo que le corresponde más al lector que a mí descubrir. Sin embargo, podría dar unas pistas, como por ejemplo 1984 de Orwell o V de vendetta de Alan Moore, incluso está en la línea de El Señor Presidente de Miguel Ángel Asturias, Pedro Páramo de Rulfo, entre otras que abordan el tema político en sus tramas.

C.T.: ¿Cinco razones para leer el libro?

Una razón para leer la novela es que el lector ve, siente, olfatea y escucha a Calvario, la novela está pensada para hacer que el lector viva en este lugar, que se cruce cualquier día con alguno de los personajes, que sienta el temor y la ansiedad, la incertidumbre y la tensión que implica ser un habitante de esta novela.

Otra razón para entrar en ella es porque ofrece una perspectiva crítica sobre diversas problemáticas de nuestro tiempo, como por ejemplo, la migración forzada, la violación de los derechos humanos y civiles por parte de las instituciones del estado que en teoría deben hacerlos respetar, la corrupción desbordada de nuestros gobernantes, así como otros temas que debemos abordar sin distinciones geográficas o culturales porque nos afecta de forma directa o indirecta a cada uno de nosotros.

Desde el punto de vista de la experiencia de lectura, la novela le ofrece al lector una narración llena de diferentes registros narrativos, esta amalgama de voces, situaciones, descripciones, enfoques para ver la historia que se desenvuelve en las páginas, le da a la novela una textura particular que reta al lector a seguir los pasos de los personajes, solidarizarse con ellos, juzgarlos, criticarlos, reirse, sufrir y conmoverse con ellos. Al mismo tiempo que es testigo de la forma en que se van acomodando las piezas del engranaje que pone en marcha la secuencia de eventos que llevarán a los personajes al borde de sí mismos.

Un motivo para leer esta novela es que es un escenario narrativo en el que el lector, a medida que va entrando en él, construye. Así entonces, cada una de las personas que ha leído la novela, tiene una imagen propia de Calvario, así como de los personajes, cada lector ha conocido o visto a alguien que puede ser uno de los personajes, desde los simpáticos hasta los antipáticos, o ha escuchado a alguien que habla como ellos o que se comporta como ellos, creo que este elemento hace que la novela sea entretenida para el lector.

Finalmente, es una novela que invita a pensar, que cuestiona, que plantea problemas, que tiene sustrato, que asume posturas, que se compromete, que se arriezga a mostrar una cara oscura de nuestra realidad, porque lo que pasa en Tras la sombra del insomne, pasa en la vida real, está registrado en los libros de historia.

En Tras la sombra del insomne está la guerra civil española y el nazismo, pero también está lo que pasa en Egipto y Siria hoy, de igual forma están las dictaduras militares de los años setenta en América Latina, como están presentes las dictaduras de izquierda actuales en Cuba o en Venezuela, así mismo, están los desaparecidos de Chile, Argentina y Colombia, está la masacre de Tlatelolco en Ciudad de México de 1968, como está el fenómeno paramilitar en Colombia de la primera decada del siglo XXI, así como está el movimiento guerrillero con todos sus excesos y los movimientos estudiantiles del 68 en Europa y Estados Unidos que cambiaron la dinamica cultural de occidente. Todos ellos, eventos y fenómenos que no se pueden olvidar, que se deben analizar y asumir, para de esta forma tener la posibilidad de resolver estos problemas que hoy nos afectan.

C.T.: ¿Qué expectativas tiene con su novela?

La mayor expectativa es que su lectura genere una reflexión en el lector sobre su entorno y lo lleve a sumir posturas críticas como ciudadano. Esto por supuesto, lo planteo llevando la pregunta a su perspectiva más elevanda, con el riesgo de sonar ingenuo. En un plano más terrenal, mi mayor expectativa es que tenga una gran variedad de lectores en diferentes lugares, que sea traducida a diferentes lenguas porque es una novela universal, si llega a Marte, pues mejor.

C.T.: ¿Qué podría compartir con los lectores sobre su experiencia a la hora de escribir «Tras la sombra del insomne»?

Escribir Tras la sombra del insomne fue el resultado de un largo proceso de formación que inició hace más de una docena de años atrás cuando comencé a pensar en escribir novelas. Durante estos años, he escrito tres novelas, dos inconclusas y una extraviada, las cuales me sirvieron como entrenamiento para escribir está. Por otra parte, mi formación académica estuvo enfocada en literatura y soy, como lo indiqué antes, un lector de oficio y vocación. Todos estos elementos me fueron útiles al momento de sentarme a escribir, pero al mismo tiempo fue un proceso de descubrimiento, que es un aspecto muy personal, ya que cada escritor, tengo la sensación, debe encontrar sus estrategias, sus intereses, su método. Yo descubrí, por ejemplo, que no me funciona tener toda la historia en la cabeza, que es más interesante ver como se va construyendo a medida que la voy escribiendo, que es semejante a lo que ocurre cuando leo una novela, trato de recuperar esa experiencia pero desde la escritura. El riesgo del asunto reside en que se puede perder el control de la historia, por eso es clave la corrección y la reescritura. Otra experiencia fue escribirla en lugares no convencionales, como sentado en un sofá o acostado en la cama, esto debido a que en la primera etapa de escritura no tenía un espacio adecuado, de tal forma que debía improvisar, luego se hizo costumbre. De tal manera que la gran lección al escribir es que primero hay que formarse, hay que leer, hay que practicar la escritura, hay que insistir, tener disciplina, constancia y tener muy claro que es un proceso que tiene retos, dificultades, en el que se cometen errores y que nada de eso debe evitar que sigamos escribiendo y aprendiendo a escribir.

C.T.: ¿Cómo es Juan Guevara en su día a día?

Día a día tengo un trabajo que tiene sus ventajas y desventajas, que me desafía y a veces me desbarata el buen semblante, pero que me permite vivir, darme gustos como comprar libros, ir a exposiciones, al cine, al teatro, de viaje, lo cual compensa no poder dedicarme a escribir para vivir. Día a día leo, escribo, pienso en lo que escribo, leo la prensa, me fascino con el mundo, me burlo, critico, me rio, a veces me encrespo con el tráfico y el caos de la ciudad donde vivo. Día a día amo a mi esposa que me soporta y me anima a escribir, lo cual me mantiene a flote en este mundo que parece hundirse. Así se me van los días, con la certeza que vienen otros, algunos mejore y otros no tanto, pero en los cuales siempre hay algo que aprender.

C.T.: ¿Cuál es su siguiente libro?

Mi siguiente libro está avanzando pero todavía está infante. Esta segunda novela tiene algunos puntos de encuentro con Tras la sombra del insomne, pero es diferente, analiza el asunto del poder desde otra perspectiva. Aspiro a terminar la primera versión este año, para luego reescribirlo, desbaratarlo, sacudirlo, pulirlo y comenzar de nuevo el proceso de publicarlo. Como no tengo ningún compromiso editorial, pues no tengo urgencia de acabarlo pronto, lo cual es una gran ventaja porque escribirlo es lo que más disfruto del proceso.

C.T.: ¿Cómo se definiría usted en cinco palabras?

Como un sin fin de etcéteras que lee y escribe.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *